Vamos a hacer un viaje muy interesante por la vida y filmografía del genio del suspense y uno de los grandes maestros del cine: Alfred Hitchcock

Alfred Joseph Hitchcock nació en Londres (Reino Unido) el 13 de agosto de 1899, donde fue criado bajo el yugo de unos padres estrictos y conservadores. Describió su infancia como solitaria y en la que constantemente sufría toda clase de vejaciones, en parte debido a su obesidad.

Hitchcock asistió a una escuela católica llamada St. Ignatius College antes de ir a la Universidad de Londres, donde cursaría un programa de arte. Tras finalizar sus estudios, obtuvo un trabajo como dibujante y diseñador publicitario para la compañía Henley’s

Fue mientras trabajaba en Henley’s cuando comenzó a escribir, enviando artículos cortos con el ánimo de que fueran publicados. Estas primeras publicaciones de Hitchcock, narraban historias retorcidas con finales totalmente inesperados; algo de lo que posteriormente haría arte con ello. En 1920, Hitchcock ingresó en la industria cinematográfica con un puesto a tiempo completo en Famous Players-Lasky Company diseñando tarjetas de títulos para películas mudas. A los pocos años, estaba trabajando como asistente de dirección y labrándose una prometedora carrera dentro del medio cinematográfico. 

A mediados de la década de 1920 viajó a Alemania, donde aprendió muchas de las técnicas expresionistas emergentes utilizadas en el cine expresionismo alemán Después de algunas películas tempranas con las cuales experimentó con el medio, obtuvo su primer éxito comercial y de crítica con El enemigo de las rubias (1927).
A mediados de la década de 1930, Hitchcock estaba consagrándose como uno de los principales directores de Reino Unido. Varias películas que realizó resultaron ser un gran éxito, como 39 Escalones (1935), Sabotaje (1936) o Alarma en el expreso (1938). Hitchcock demostró ser un maestro creando tensión y tramas trepidantes; no arrinconaba a su audiencia de manera forzosa, sino que creaba escenas de tensión dramática que se plasmaban de manera fluida en la pantalla. 

Hitchcock fue pionero en el uso de los fondos artísticos en sus películas, ya sean monumentos famosos de una ciudad o la naturaleza salvaje de un lugar inhóspito. El éxito apabullante de Hitchcock en Inglaterra hizo que David Selznick (productor de Hollywood) se interesara en él. 

En 1939, Hitchcock se mudó a California con su mujer donde comenzó a trabajar en su primera película para Hollywood. Dicha película sería nada más ni nada menos Rebeca (1940); película que ganaría el Oscar a Mejor Película ese año. El director británico no estaba particularmente enamorado de Estados Unidos, pero sí disfrutaba de los mayores recursos disponibles con los que disponían los estudios estadounidenses, a diferencia de los estudios de cine británicos. Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial regresó a Inglaterra, donde produjo dos películas en francés para las fuerzas de liberación francesas.

En 1945 también trabajó como editor de cine para un documental sobre los campos de concentración que fueron liberados por las tropas británicas. Después de la guerra, Hitchcock regresó a Estados Unidos, donde reanudó su larga y exitosa carrera cinematográfica estadounidense. En particular, disfrutó desarrollando su talento para crear películas psicológicamente intrigantes. La década de los 50 fue la época dorada de Hitchcock, donde realizaría sus obras más celebres como director: La ventana indiscreta (1954), Vértigo (1958), Con la muerte en los talones (1959) y Psicosis (1960).

Psicosis fue la película más conocida y rentable de Hitchcock. Rompió récords de taquilla cuando los espectadores acudieron en masa para ver esta nueva película pionera en el género de terror. Hitchcock también tuvo una andadura dentro de la televisión. Condujo una serie de televisión llamada Alfred  de 1955 a 1965; su papel destacado como anfitrión del programa lo ayudó a convertirse en uno de los directores de cine y celebridades de los medios más reconocidos del momento. Durante las siguientes dos décadas, sus producción cinematográfica fue menos prolífica, ya que la vejez y la mala salud limitaron su ritmo de trabajo. No obstante, continuó produciendo largometrajes hasta su muerte. Hitchcock murió de insuficiencia renal el 29 de abril de 1980, mientras se encontraba en su casa de Bel Air en Los Ángeles.