Caperucita Roja

A los 17 años, cuando se supone que tienes que decidir sobre hacia dónde quieres encaminar tu vida, decidí ser director de cine. He intentado encontrar mi camino de forma autodidacta, en la escuela de arte dramático de Málaga, en breves cursillos de cine, en conferencias, cineforums… pero sin lugar a dudas el paso más decisivo y determinante ha sido estudiar en la Escuela de Cine de Málaga. He aprendido a ver el cine, no como un simple espectador, sino como un creador. He aprendido la importancia vital de un buen guion, el verdadero alma del cine. He aprendido mucho observando a mis compañeros de curso, aprendiendo de sus errores y de sus aciertos. He aprendido a trabajar dentro del complejo y agotador engranaje que se teje en cada rodaje. He aprendido de personas que han hecho de su vida el cine, y que lo aman tanto como lo hago yo. Mi experiencia dentro de la escuela me ha transformado. Alguien muy sabio dijo: “La información es poder”, y gracias a la escuela dispongo de muchos más conocimientos para tomar buenas decisiones.

El cine al igual que la vida es una carrera de fondo. Estoy muy feliz y agradecido por haber dado mis primeros pasos dentro de la Escuela de Cine de Málaga. Un lugar donde puedo decir con orgullo que rondan buenos maestros y buenos amigos.

Alumno Máster de Cine, Escuela de Cine de Málaga